(No, no era en Aventuras de las Ideas… era en Modos de Pensamiento… Acaba de venir a mí…)
Decía Nietzsche que la historia es circular y se cierra sobre sí misma; que estamos condenados –y a la vez premiados– al eterno retorno. Todo, sin excepción, ocurre no una sino innumerables ocasiones.
(Lo dijo muchas veces, en varias partes, de diversas maneras; notablemente, en el Zaratustra. También él tendía a repetirse…).
Si así fuera, algún día, en un instante infinitamente distante de éste, tendría
Pero habría de esperar años, siglos, milenios, evos; eternidades de silencio y nada, polvo y niebla. Habría de morir mil muertes, nacer mil partos; entrar y salir sin descanso del escenario del cosmos; transar un segundo de amor por una perpetuidad de soledad y vacío.
Y conmigo, el universo entero, las diez mil cosas, rebobinándose tumultuosas y vehementes, volviéndose sobre sí mismas como un guante por regalarme un minuto de gracia.
Ah… Y, ¿qué?
Que
One thought on “¿Y qué?”