Coaching Personal Constructivista

El Coaching Personal Constructivista es un método para acelerar el crecimiento basado en reconocer y potenciar los valores propios, alinear el trabajo y la vida cotidiana con ellos y desarrollar flexibilidad y la capacidad de gestionar las emociones problemáticas.

Incluye un conjunto de técnicas de probada eficacia que propician el cambio, facilitan el manejo de conflictos y esclarecen los valores auténticos de la persona y las metas que ha de plantearse para alcanzarlos. Entre ellos:

  • Repertory Grid: Rejilla de patrones de relación personal
  • Reflexive Grid: Rejilla de opciones vitales
  • Experience Sampling: Muestreo de la experiencia inmediata
  • Network Analysis: Muestreo de redes sociales

Principios del Coaching Personal Constructivista

Principios del Coaching Constructivista

  • La felicidad es productiva: Tendemos a pensar que cuanto más nos esforcemos en algo mejor será el resultado. Sin embargo, más que de la cantidad, nuestro éxito depende de la calidad de nuestro esfuerzo. Las personas alcanzan el éxito porque realizan un trabajo que las hace felices: eso las lleva a poner en él sus cinco sentidos constantemente y a alcanzar una gran calidad sin desgastarse.
  • Las grandes obras nacen de pequeños pasos: Más que encontrar una sola y gran “solución”, el Coaching se basa en la suma de pasos pequeños pero significativos cuya potencia se amplifica a través de las técnicas constructivistas. Así se evitan a un tiempo las trampas de los objetivos inalcanzables y del pesimismo autoderrotista (“¡yo no soy capaz de lograr eso!”)
  • La autenticidad genera cambios positivos: Los valores son el corazón de nuestra mente; cuando los ocultamos o negamos perdemos la fuente de nuestra energía vital. La psicología ha demostrado que la principal fuente de insatisfacción y malestar es vivir ocultando o ignorando los propios valores, necesidades y fortalezas. Las personas exitosas son las que consiguen armonizar sus valores con su mundo social, sus espacios de trabajo, ocio y afectos.
  • El cambio nace de la experimentación constante: Por consiguiente, el Coaching supone la voluntad de las personas de experimentar con diferentes estrategias y alternativas a sus conductas habituales. Se mejora la calidad de vida a través de aproximaciones continuas y sucesivas, perfeccionando todo el tiempo las nuevas conductas bajo la guía del coach.
  • Romper la tiranía de los “pendientes”: ¿Cuántas veces nos hemos sentado a repasar la lista de “tareas pendientes ” de nuestra vida y, en lugar de ser productivos y hacerlas realidad, hemos sentido agobio, depresión o enfado y nos hemos atascado? Lo urgente quita tiempo a lo importante. El Coaching permite empezar a romper la tiranía de los “debería”, las interminables listas de “tareas a realizar” que terminan por ahogar nuestra satisfacción y felicidad.
  • Ser optimista es la mejor estrategia: Las personas que afrontan la vida sin miedo ni agresividad tienden a ser más eficaces y agradables. Se trata de ser positivo sin tener que esforzarse en ello; de confiar, tácita y automáticamente, en nuestros recursos y competencias a la hora de afrontar los desafíos de la vida.

¿Quiénes se pueden beneficiar del Coaching Personal Constructivista?

Aunque ofrece beneficios evidentes a la organización, el objetivo del Coaching Constructivista son las personas mismas, pues son ellas quienes sienten el deseo de mejorar y quienes pueden actuar para hacer realidad sus potencialidades.

Por tanto, el Coaching Constructivista beneficia, entre otras, a:

  • Personas que se encuentren insatisfechas con su actual trabajo o puesto.
  • Personas que quieran cambiar de trabajo o mejorar sus expectativas o rendimiento.
  • Personas que abriguen dudas acerca de su elección de carrera.
  • Personas que quieran conciliar su profesión con sus valores y metas personales.
  • Personas que quieran conocer y desarrollar su potencial y aumentar su satisfacción vital.

¿Qué ofrece el Coaching Personal Constructivista a la organización?

La investigación organizacional de la última década ha demostrado que la productividad de una persona en cualquier posición es directamente proporcional a su satisfacción vital y su compromiso con los valores y metas de la organización de la que forma parte. Las organizaciones que prosperan son las que consiguen comprometer a sus miembros con su visión y metas, y al mismo tiempo, seleccionar y entrenar a su personal de manera coherente con las mismas.

Por el contrario, cuando no hay coherencia entre las metas y valores de la organización y los del individuo, éste se encuentra repetidamente con los mismos problemas y comienza a desarrollar emociones negativas (enfado, indignación, tristeza, frustración) que dificultan su resolución. Esta conducta y actitudes se contagian lentamente a sus colegas generando dificultades y “cuellos de botella” organizacionales.

El Coaching Constructivista disuelve estos cuellos de botella reformulando y reorganizando los valores de la persona en relación con los de su entorno de trabajo y potenciando sus capacidades para la gestión de sus emociones y sus relaciones personales.

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