Psicopatología, liderazgo y confianza: cómo mejorar un país en crisis

La respuesta equivocada: el “test para políticos”

Hace poco, una magazine virtual me ha preguntado si sería útil o necesario someter a los candidatos políticos a alguna suerte de psicodiagnóstico para habilitarlos a ejercer sus funciones. No es la primera vez que surge esta idea; hace un par de años, en Ecuador, Jaime Costales propuso incluirla en la nueva Constitución:

“Obligatoriedad de que todo candidato a elección popular, desde presidente de la república hasta presidente de junta parroquial, pasen satisfactoriamente pruebas de salud mental y de inteligencia, para seleccionar a ciudadanos de alta salud mental y cualidades brillantes para dirigir al país. Los profesionales encargados de la toma y evaluación de esas pruebas, provendrían de los sistemas de salud mental de la ONU, para garantizar su independencia”.

Una solución aparentemente fácil y viable a los graves problemas sociales y políticos de países como el Ecuador: “estamos mal porque nuestros líderes son malos (patológicos, poco inteligentes, incapaces); por tanto, seleccionemos líderes sanos e inteligentes y estaremos mejor”. Pero tras esta solución aparente se oculta un error grave y catastrófico: fijarse sólo en los árboles y no en el bosque, sólo en los individuos y no en el sistema del que forman parte. Es decir, confundir la psicología social con la psico(pato)logía del líder.

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La cadena del Karma: Peter Munz, In Memoriam

Peter Munz: In Memoriam

Peter MunzInvestigando para mi tesis descubro que Peter Munz ha muerto el 14 de octubre del 2006. Uno de los últimos discípulos tanto de Wittgenstein como de Popper, con quien le uniría una amistad de toda la vida, y seguramente el último testigo vivo del famoso incidente del atizador de chimenea, Munz se especializó en historia del medioevo europeo; pero hizo contribuciones a la filosofía, la ética y la epistemología que le aseguran un lugar, si bien menor, en la historia del pensamiento.

Menor, pero no para mí; de hecho, gran parte de mi pensamiento ha sido forjado por las ideas de Munz. Lo descubrí hace ya años en la perdida librería madrileña donde me topé con una edición preciosa de “Cuando se quiebra la rama dorada: ¿estructuralismo o tipología?“; me enamoré perdidamente del libro al constatar que citaba, al mismo tiempo, a Alan Watts, Ananda Coomaraswamy, Levi-Strauss, William James, Robert Graves y Karl Popper -una hazaña no menor, dadas las distancias que los separan.

Munz compartía con Popper la creencia en la “Sociedad Abierta” y con Wittgenstein el interés en la religión y la mística -que Popper menospreciaba. Podemos entender su carrera como un prolongado intento de unir dos grandes tradiciones: el realismo crítico popperiano y la preocupación por la trascendencia wittgensteiniana. Un intento que le conduciría a Edelman y el “darwinismo neural”, Dennett y su darwinismo generalizado y la epistemología evolutiva post-popperiana. Su búsqueda se plasma en sus obras epistemológicas y se corona en su último libro, “Beyond Wittgenstein’s Poker“, donde describe cómo son Popper y Wittgenstein complementarios más que contradictorios -cosa que comparto con vehemencia.

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La sociedad hobbesiana: resultados finales de la Investigación Confianza

He recibido los datos finales de la Investigación Confianza (de la que he hablado aquí, aquí y aquí). Han sido recopilados por HABITUS Investigación. Son representativos de los jóvenes de Quito, entre 18 y 23 años.

Y pintan una realidad dramática. Jóvenes extremadamente desconfiados y suspicaces, temerosos y siempre alerta por si les acecha algún peligro, dispuestos a saltarse las normas con tal de salirse con la suya y evitar los riesgos. Jóvenes que ven al ser humano como esencialmente egoísta, interesado, reacio a ofrecer ayuda; que contemplan como principal solución la “mano dura” -colindante con el autoritarismo y la violencia.

Las cifras hablan por sí mismas. A la pregunta “¿Cree usted que si uno no es cuidadoso, la gente se aprovecha de uno?”…

Confianza

…¡el 90% responde que sí!

Y a “Aunque no nos guste admitirlo, a veces es necesario hacer trampa”…

Trampa

…¡un 67% responde “de acuerdo-muy de acuerdo”!

(Más resultados, aquí).

Esos resultados confirman la hipótesis que trazaba en “Las instituciones desde la perspectiva psicológica: el punto de vista evolutivo” (publicado en Instituciones e Institucionalismo en América Latina) y retomaba en la ponencia presentada en el Congreso de 50 aniversario de FLACSO: vivimos en una “sociedad hobbesiana”, anclada en la suspicacia como paradigma de las relaciones humanas.

Como decía en este texto: “…cuando imagino que, detrás de sus sonrisas, los demás están esperando un instante de debilidad para causarme daño, tengo por fuerza que conducirme mendaz y astutamente. Mi vida se convierte en un juego de suma cero, en un eterno dilema del prisionero”.

La desconfianza, pues, subyace a la conducta antinormativa y su justificación (anticiparse al daño, atacar antes de ser atacado); a la sensación de inseguridad y vulnerabilidad (si creo que mis congéneres son egoístas, falaces y taimados, es natural que deba estar siempre a la defensiva); al recurso a la violencia. Donde “el hombre es lobo del hombre”, ¡mejor ser el lobo más fuerte!

Un escenario complejo para el Ecuador. Creo que en tanto no abordemos este tema, ninguna Constitución, ningún Presidente, ningún movimiento va a sacarnos del atolladero. Sólo nosotros mismos, cada uno, todos.

Un claro desafío para nosotros, psicólogos: salir al paso de este conjunto de creencias tan generalizado y potente. Sanar esta sociedad que sufre y tropieza una y mil veces con el mismo obstáculo; este país cuyas soluciones son, casi siempre, parte del problema.

Análisis de redes sociales y terapia familiar sistémica

Pese a que Lynn Hoffman lo menciona en el muy influyente Fundamentos de Terapia Familiar, el análisis de redes sociales (social network analysis) ha estado ausente del discurso sistémico, centrado aún en temas como el uso de metáforas y la búsqueda de las “técnicas” más ubicuas y eficaces.


Basado en la teoría matemática de redes y grupos, el análisis de redes intenta plasmar algebraica o gráficamente la estructura de los vínculos que unen a las personas en parejas, familias, grupos o comunidades. Tiene aplicaciones tan diversas como los espacios virtuales de contactos (MySpace, Hi5, Friendster), el análisis de los flujos económicos en una prisión o pueblo o la detección de posibles amenazas terroristas (de donde sale este gráfico).

Sabemos, por ejemplo, que uno de los mejores predictores del suicidio es la soledad. (Como mínimo, desde el maravilloso estudio de Durkheim al respecto, publicado a fines del s. XIX). Sabemos, también, que las familias con “límites externos rígidos” tienden a gestar situaciones confusas, problemáticas y doblevinculares (esquizofrenia, abuso sexual, violencia…); el trabajo de Minuchin lo ha demostrado fehacientemente. Sabemos, finalmente, que las situaciones excepcionales que ponen en entredicho una red social preexistente (catástrofes naturales, fallecimientos, migración, guerra…) favorecen la aparición de síntomas.

En una representación gráfica, estas comunidades, esas familias y aquellos individuos saltarían a la vista: serían los nodos menos “conectados” de la red, aquellos cuyos vínculos fueran más débiles o frágiles. Una red puede verse como un “holón“, una estructura dinámica que puede subdividirse en estructuras semejantes -como un fractal; y desde esta perspectiva abstracta, el mismo elemento, la desconexión, permitiría entender y abordar diversas dificultades en distintos planos -psicológico, antropológico, político, sociológico…
La pauta que conecta, una vez más…

Aquí, aquí y aquí puede obtenerse más información sobre análisis de redes sociales.