Al final, la respuesta es más sencilla de lo que creíste. Pero, de algún modo, ya conocías la pregunta.
Porque eso era tu vida: el intento, a veces torpe, a veces magnífico, de formular una sola y fascinante pregunta.
Tan amplia que te llevó décadas; tan bella que disfrutaste cada segundo.
Tan atroz que hubieses matado por ella.
O entregado tu alma sin vacilar.
Harry Dobbs, Le Passager de la pluie, de René Clément