A menudo me preguntan “¿qué es la terapia psicológica?” Más allá de mi forma particular y personal de hacer terapia, del modo en que propongo abordar las adicciones, de la necesidad de ser buenos consumidores de psicoterapia y de trascender pseudoexplicaciones como “baja autoestima” o las teorías del defecto de fábrica, ¿cómo funciona?
He aquí una explicación sencilla, general y concisa.
¿Qué es la terapia psicológica?
La terapia empieza cuando algo no ocurre como debería.
Pero ¿qué? Cualquier cosa que genere malestar a alguna persona o personas (grupo o familia) y que las mueva a buscar ayuda. Puede que esté sucediendo algo que no debería; por ejemplo, un niño que actúa con rebeldía, una persona que se lava las manos constantemente, etc. O puede que no esté ocurriendo algo que sí debería pasar: una persona que prefiere encerrarse en su casa, una pareja cuya vida sexual no funciona, etc.
Este algo puede ser lo que diagnosticaríamos como una patología o trastorno. Pero también puede no serlo y consistir simplemente en un problema o malestar recurrente y molesto: la dificultad para salir adelante después de una pérdida, problemas en las relaciones de pareja, problemas con los hijos, etc.
En cualquier caso, algo no ocurre como debería, y una o varias personas se sienten afectadas y dispuestas a actuar para resolverlo.
Esa acción es acudir al terapeuta. Puede venir una persona, una pareja, la familia entera o en parte; eso depende de la situación y las posibilidades y motivaciones de cada miembro. Se trabaja con quienes acuden, aunque pueda a veces, si es necesario, convocarse a otras personas vinculadas a la dificultad.
¿En qué consiste?
La esencia de la terapia es ir desatando los problemas según se van presentando. Y asistir a las personas para que aprendan a desatarlos por su cuenta. Esto se realiza dialogando en torno a lo que inquieta a quienes consultan; de ese diálogo surge una comprensión más profunda del problema, sus causas y consecuencias y cómo abordarlo.
Esta comprensión se aterriza a través de experimentos o ejercicios diseñados conjuntamente entre el paciente y el terapeuta para poner a prueba lo aprendido y generar un cambio en el mundo real más allá de la sesión terapéutica. Asimismo, al principio del proceso se definen indicadores que darán cuenta del éxito, permitirán saber a cada paso si se está avanzando en la dirección adecuada. Así se asegura la pertinencia y eficacia del trabajo y se corrigen rápidamente los enfoques erróneos.
¿Qué tan eficaz es?
Esta forma de trabajo permite obtener beneficios incluso en casos de alta gravedad. La gravedad no tiene que ver con la “profundidad” del trastorno o patología subyacente sino con la medida en que ha invadido los distintos espacios de la vida de las personas. Imaginemos un país que está sufriendo un ataque enemigo. Cuanto mayor sea el territorio ocupado por los ejércitos invasores, más tiempo tomará a los defensores organizarse, reunir soldados e insumos y presentar batalla para expulsar a los oponentes. Lo mismo sucede en la terapia. Si el problema se presenta únicamente en el trabajo, o sólo en relación con ciertas personas, etc., será más fácil y rápido de disolver que si se da con sus padres, pareja, hermanos, compañeros de trabajo, etc.
Así, dependiendo de la gravedad del caso, una terapia puede durar entre una y veinte sesiones o más. Sin embargo, la mayoría de personas alcanzan una mejoría significativa y satisfactoria en las primeras cinco o diez sesiones.
Me ha gustado bastante, sobre todo el enfoque que propones en un sentido de actuar sobre lo que ocurre, el dialogo, las soluciones….
Muchas garcias por el post
Salud!!
Estimado Esteban
Su valiosa contribución a todos los que hemos pisado su consulta nos acompaña siempre
Le escribo desde mi nuevo hogar en alemania!
El malestar de aquella época es ahora una feliz relación de pareja y un hogar dinámico con mucho amor.
Yo soy muy exceptica de terapeutas que se “eternisan ” con sus pacientes.
Es un gusto siempre leer sus aportes! Gracias
Maria Ines
estimado esteban: siempre agradecida por tus acertados mails, tus conceptos sobre el descubrirse a si mismo y su importancia en el proceso terapéutico no cabe la menor duda, lo difícil es mantenerse en esa ´línea rodeado de tanta falsedad psicologica.
UN SALUDO ESPECIAL,DE MAGUI
María Inés!
Qué gusto saber que estás muy bien en Alemania y que tu hogar está lleno de amor. Me alegro mucho por ti!
Un abrazo,
Magdalena!
Me alegro de que esto te sea de utilidad. En efecto, es difícil, pero posible, avanzar en dirección del bienestar y la terapia reconocedora y positiva.
Un abrazo,
Saludos Esteban, un gusto como siempre. Quisiera saber -aunque me desvíe algo del tema- que rama del psicoanálisis puede considerarse útil ¿se puede decir, que el psicoanálisis, en general no sirve? Dentro del mismo, cuál crees, puede rescatarse: la psicología del yo, del self, relaciones objetales, el modular transformacional, alguno de los ganadores del Premio Sigmund Freud de Psicoterapia o tal vez aquellos que han aportado a la integración como Paul Wachtel o Anthony Ryle.
Gracias. Un Abrazo.
Hola!
Una pregunta muy interesante. Sabemos que el psicoanálisis clásico carece de apoyo empírico que demuestre su eficacia, lo que no significa que sea “inútil”, sólo que no sirve para lo que se espera de las terapias, reducir el malestar y la sintomatología y mejorar el bienestar general. Pero bajo el acápite de “psicoanálisis” se ocultan teorías y prácticas muy disímiles, con lo cual es difícil hacer generalizaciones sobre eficacia.
Muchas podrían “rescatarse” en función de diversos criterios: la frescura y originalidad de sus planteamientos (Bion, Klein, Kohut…), la perseverancia de sus investigaciones (Kernberg, Luborsky…), el intento integrador (Ryle, Bowlby…) Te sugiero revisar:
http://www.nrepp.samhsa.gov/index.asp
Donde encontrarás un índice exhaustivo de terapias y técnicas basadas en la evidencia.
Un saludo,
A mí me parece un tanto arriesgado decir que el psicoanálisis tradicional carece de apoyo empírico. Hoy en día ya hay muchos médicos-entre ellos grandes neurólogos- que apoyan la base científica del psicoanálisis. Es más, en muchos casos el psicoanálisis es la única terapia que funcional. No entiendo por qué se le ha dado de lado en las universidades, donde lo único que parece contar hoy en día es la terapia cognitivo-conductual.
Hola. En realidad bajo el nombre “psicoanálisis” caben innumerables cosas muy distintas. LO que parece claro es que el psicoanálisis freudiano y el lacaniano, al menos, carecen de apoyo empírico alguno (y pueden llegar a ser iatrogénicos, atendiendo a la evidencia anecdótica). Pero modelos como la terapia de mentalización (Fonagy) o la de Kernberg han mostrado cierta eficacia en trastornos de personalidad graves. Y eso se debe, quizá, a que han incorporado tanto las metodologías de investigación empíricas como otras teorías (neurociencia, teoría evolutiva, etc), a diferencia de los freudianos y lacanianos que parecen ensimismados en releer a Freud y Lacan y poco más.
Sobre lo de los neurocientíficos que apoyan las ideas psicoanalíticas, por cada uno de ellos hay uno o dos de otros que las desconfirman. Así que es una de cal y una de arena; no hay ni de lejos consenso alguno al respecto. Lo cual es de esperar: ni Freud ni Lacan tenían posibilidad de saber todo lo que se ha descubierto en el ámbito a día de hoy.
Y sobre que lo más extendido es la terapia cognitivo-conductual, es tristemente verdad, y me parece censurable, ya que la TCC acarrea sus propios supuestos epistémicos y ontológicos, harto discutibles desde mi perspectiva. Coincido en la necesidad de expandir el campo, o más bien, de cuestionar el fondo de esta suerte de “pensamiento único” que se ha tragado la psicoterapia en muchos espacios.
Para cerrar, te remito a un estudio muy reciente de Fonagy (La eficacia de las psicoterapias psicodinámicas: una actualización; 2015) que afirma:
Siempre un gusto leerte y reflexionar sobre mi quehacer como terapeuta para aprender a enseñar diario eso que hago.
Quiero hacerle una consulta, en verdad el acoso sexual en la niñez piede repercutir en el desarrollo de un adulto? Miedo, inseguridad, impotencia, rabia? Au.que aparentement se lleve una vida normal
Hola. Desde luego, el abuso sexual en la infancia puede causar un sinnúmero de complicaciones, pero depende también del contexto, si fue o no revelado, la duración, etc. Por tanto, no todo abuso llevará forzosamente a dificultades psicológicas, y tampoco es fácil predecir el tipo de dificultades de que pueden tratarse en cada caso. Saludos,