Por un lado
El pasado está fijado; el futuro es impreciso. Navegas del uno al otro merced a tu propia y casi siempre desviada brújula; eres tú y, sin embargo, ya eres otro.
El pasado está fijado; el futuro es impreciso. Y yaces entre ambos, y sueñas.
Por otro
No existen pasado ni futuro. El pasado se ha marchado, el futuro es una ilusión. El eterno y etéreo presente se despliega sin cesar a tu fascinada vista.
Mas no eres el espectador ingenuo e inocente: tu mano se desliza sobre el lienzo. Pincelada a pincelada, emborronas tu propia muerte.
En medio
Hasta el más insignificante de los seres vivos ha heredado el hálito divino: hasta el más insignificante puede aprender. Y aprender es modificarse a sí mismo, comprometiéndose con una regularidad que atribuye al Universo. Y el sentido de este compromiso es, por definición, inédito –porque es creativo.
Hasta el más insignificante de los seres vivos es capaz de crear.
En suma
Sí: quizá su pasado esté fijo; pero su futuro, su futuro es imprevisible.