Los recuerdos son huellas de lágrimas.
Pero nada termina, nunca.
Hace 10 años, una chica dulce y desordenada me ayudó a definir lo que iba a ser el amor para mí.
Nunca la conocí, ni llegaré a hacerlo.
Vive en Hong Kong, imagino… O vivía, en otro mundo, otros ojos…
Faye Wong; Faye, en Chungking Express…
Ahora, que estoy redefiniendo lo que es el amor para mí… Ahora, que no sé lo que siento e intento sentir de forma distinta, he vuelto a verla.
Y, de nuevo, ha definido lo que ha de ser el amor, para mí.