Porque sí

Hay palabras que siempre me han gustado. Aterido, por ejemplo; y flagrante. O inenarrable.

Me gustan como puede gustarme la caída de un vestido, o la forma de una nube, o la risa agrietada y respingona de ciertas personas.

Me gustan, sin razón alguna.

Porque sí

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *